Soy César Jerez. Quiero contarles que de mi reciente visita a Sierra Morena (en Ciudad Bolívar) así como a Tunjuelito, lo que nos queda clara es la crítica situación de exclusión de muchísima(os) de sus jóvenes habitantes, excluidos del acceso a la educación superior y de un mercado laboral digno. También me impresionaron los altos grados de contaminanción en la frontera de estas dos localidades, marcada por el río Tunjuelo. Un río convertido en un caño oscuro y pestilente, rodeado de gran cantidad de zancudos, tal como nostros mismos lo evidenciamos. Allí precisamente, en ese lugar insalubre, observamos que hay un barrio de recicladores donde viven niños, jóvenes, adultos y también ancianas(os). Sentí, al verlo, una gran sensación de impotencia y me sensibilicé de immediato con esta situación extrema en la que viven centenares de familias en Bogotá.
Desde el Senado hay que generar un consenso y definir e implementar marcos legales para que la educación superior en jornada nocturna sea una realidad en todas las localidades de estrato 1, 2 y 3 de la ciudad. Marcos legales también para que se haga realidad un programa de primer empleo juvenil, vinculado a una banca pública que financie e impulse el emprendimiento de las gentes de los barrios populares de Bogotá.
Me preocupa también que no veo ninguna intención de salvar el río Tunjuelo, una de las cuencas hidrográficas emblemáticas de la ciudad, actualmente convertido en un vertedero de aguas servidas, de excrementos y de todos los residuos que derivan de las industrias de la localidad. En ese sentido, todo está por hacer con participación de la ciudadanía para salvar las cuencas hidrográficas de Bogotá, con el río Tunjuelo a la cabeza.