Colombia ha sido desde antes de la conquista un país más de tradición minera que de industria. Fue el legado que dejaron los ancestros a sus pobladores y es una tradición que de una u otra manera se sigue conservando. A pesar de que la legislación reciente está proporcionando herramientas para lograr la formalización de esta actividad, también son muchos los desafíos que tienen tanto quienes viven de la minería, como el propio Estado colombiano.
Legalizar y formalizar la minería puede parecer fácil: en teoría, sólo haría falta seguir los parámetros establecidos por el Estado. Pero no lo es, precisamente porque la gran mayoría de los mineros en Colombia llegaron a este sector por tradición ancestral y, por lo tanto, no están educados ni preparados para constituir y dirigir una empresa, ni conocen la tecnificación y optimización de los recursos. Y, sobre todo, no están en condiciones materiales, emocionales e intelectuales para hacerlo.
Justamente, el hecho de que los mineros no dispongan de las condiciones para formalizar su trabajo ha permitido que surjan grandes inconvenientes en esta industria, que podría ser uno de los sectores que más contribuyesen a aumentar el PIB de Colombia.
Pero el problema no es sólo de los mineros, ni mucho menos: justamente la legislación vigente tiene gran parte de la responsabilidad en el actual estado de las cosas, ya que no tiene en cuenta el origen tradicional de este oficio. Toda esta situación ha llevado a conflictos sociales, deficiente calidad de vida de los mineros ancestrales y pérdidas en la economía de las comunidades aledañas a las minas, entre otras consecuencias.
El oro como inversión: A través del tiempo el oro ha sido el metal precioso por excelencia, tanto para mostrar el poderío y la casta de las máximas autoridades como objeto de intercambio. Se llegó a tomar como una divisa universal al punto que, hasta hace poco, se consideraba la moneda de reserva mundial.
Actualmente, no hay una divisa unificada y algunos consideran al dólar como la moneda de reserva mundial. Sin embargo, es una moneda que, aunque es fuerte, depende de las políticas mundiales y su valor puede fluctuar en cada país de manera considerable.
Aunque el oro ya no es una forma fundamental de moneda en el mundo actual, sigue siendo una inversión popular que motiva a muchos inversionistas a tenerlo en el punto de mira, motivo por el cual se está popularizando en ese sector de la población mundial y actualmente está tomando auge entre grandes inversionistas, así como entre quienes disponen de pocos recursos. ¿Por qué tanta gente está invirtiendo en oro?
Veamos las principales razones:
· Liquidez: este metal se puede convertir en efectivo en cualquier parte del mundo.
· No se devalúa: es un metal que tiende a mantener su valor en el tiempo, contrario, por ejemplo, al papel moneda.
· Resiste la inflación: durante las épocas inflacionarias, el oro representa una inversión más estable que cualquier moneda del mundo, puesto que su valor se mantiene y hasta puede aumentar.
· Diversificación: ofrece una manera segura, práctica y confiable de diversificar las inversiones.
· Insumo en productos: al generar una gran variedad de productos (joyas, productos electrónicos, etc), tiene una gran demanda mundial.
PROPUESTA: LA FORMALIZACIÓN DE LA MINERÍA ILEGAL Y LA INVERSIÓN EN ORO DE FORMA LEGAL
a. La formalización de la minería ilegal: El objetivo de este proyecto legislativo es, ante todo, brindar una alternativa a los medianos y pequeños mineros, así como a quienes se dedican a la minería informal. El objetivo es claro: posibilitar que formalicen su situación para que, de esta manera, puedan asegurar legalmente su ingreso y, por ende, la venta del oro que sustraen de las minas.
b. La inversión en oro de forma legal: Actualmente, en Colombia no es posible invertir en oro (sin estar transformado) de forma legal. Legalizar el oro como inversión es, por tanto, una alternativa viable para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los mineros. Además, permitiría a todos los colombiano hacer una inversión segura, rentable y sólida en un metal precioso que siempre conservará su valor original. Hacerlo posible es el segundo objetivo de nuestra propuesta.
Conozcamos algunas de las formas de invertir en oro:
· Comprar oro directamente: esto se puede realizar comprándolo en forma de lingotes o monedas, y es la manera más tradicional. Se trata de la manera más directa y tangible de poseer este metal, aunque se debe vigilar que sea oro de procedencia legal.
· Compra de acciones en una empresa que se dedique a la venta del oro: esta no es una inversión directa en oro, pero se presume que el valor de las acciones está fuertemente ligado al valor del mismo. En estos casos, el inversor obtiene un documento que le acredita como poseedor de las acciones que compró.
· Futuros y opciones de oro: es muy similar al caso anterior. No es una inversión directa pero también es frecuente en este tipo de negocio.
Es importante hacer la claridad de que el oro de inversión no es joyería en oro. Esta conlleva otros costos asociados como la mano de obra, el IVA por la trasformación, las piedras preciosas o semipreciosas que tenga la pieza y, además de lo anterior, tiene algún tipo de mezcla. Este hecho cambia su valor original al tasarse y en muchas ocasiones dificulta recuperar la inversión si se vende la joya.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, planteo la opción de legislar como senador para hacer posible invertir en oro de forma legal. Lograríamos también tener un mercado asegurado, ya que este oro no se vendería sólo a los grandes inversionistas porque sería legal y estaría, por tanto, disponible para todo aquel que pudiera adquirir por ejemplo un gramo de oro procedente de los pequeños mineros formalizados.
Por todo lo expuesto, estoy convencido de que legalizar el oro como inversión y la minería informal beneficiaría sin duda a la economía de Colombia.